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silencio....


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por favor... estamos escuchando el





silencio



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el tao del sexo


de Ignacio Apolo y Laura Gutman


Teatro Cervantes


Maria Jose Gabin
Raúl Rizzo

Escenogarfía y luces Magalí Acaha
Vestuario Magda Banach

Producción Daniela Szlak

 













 
 
 
Después de su exitosa gira nacional, la obra de Laura Gutman e Ignacio Apolo se estrenará en la Sala Luisa Vehil del Teatro Nacional Cervantes.

Desde el domingo 5 de octubre (viernes 3 y sábado 4, funciones de prensa) el público podrá disfrutar de esta obra ganadora del Premio internacional Casa de las Américas, dirigida por el mismo Apolo e interpreta
da por María José Gabin y Raúl Rizzo.

Se trata de una obra concebida como dos versiones de la misma historia de pareja, en luz y sombra, crisis y crecimiento. María José Gabin y Raúl Rizzo son Male y Eugenio. A partir de la muerte del padre de Eugenio y del renacer del deseo de su esposa por un hombre más joven, el matrimonio inicia un contrapunto de encuentros y desencuentros hasta el desenlace final.

El tao del sexo tiene música de Federico Marrale, vestuario de Magda Banach, iluminación y escenografía de Magali Acha. La asistencia de dirección es de Vanesa Campanini y la productora del TNC Daniela Szlak.





 















CRITICA

Del realismo al absurdo

Por Carlos Pacheco  |  LA NACION
02.11.2014 | 00:00

El tao del sexo

Autores: Ignacio Apolo y Laura Gutman. Intérpretes: María José Gabin y Raúl Rizzo. Música: Federico Marrale. Vestuario: Magda Banach. Iluminación y escenografía: Magali Acha. Dirección: Ignacio Apolo. Sala: Teatro Nacional Cervantes, Libertad 815. Funciones: viernes y sábados, a las 19; domingos, a las 18.30. Duración: 60 minutos.
Nuestra opinión: Muy buena
Male y Eugenio atraviesan un difícil momento en su relación de pareja. La muerte del padre de él los obliga a reconocer que, entre ellos, se ha venido operando un desgaste que parece muy difícil sobrellevar. Ese punto de partida posibilitará a los espectadores ir tomando contacto con la personalidad de cada uno. Se irán reconociendo defectos y virtudes y, sobre todo, un mundo familiar plagado de carencias que ninguno de ellos ha sabido observar y corregir.
El texto de Ignacio Apolo y Laura Gutman posee mucha riqueza en la organización de su estructura y también en la elaboración de los personajes. No siempre ellos necesitan relacionarse en escena para dar cuenta de las cuestiones que los irritan o aquello que los problematiza. Los autores juegan muy bien con unos relatos individuales que irán creciendo en intensidad y que permitirán entender mucho de lo que les sucede a sus criaturas.
En ese aspecto, la dirección de Apolo resulta muy ajustada. Porque es a través del cuerpo de los intérpretes que la historia irá tomando forma y, a la vez, esos cuerpos atravesados por la incapacidad de reconocer errores, por la ausencia de un afecto seguro y hasta por una sexualidad que no llega a la completud deseada, están impregnados de una profunda cuota de dolor. Pero, en ciertas oportunidades, el humor permite distanciar determinadas situaciones. Así, resultan más atractivas las reflexiones que pueden generarse en quien observa.
María José Gabin y Raúl Rizzo son dos intérpretes muy opuestos a la hora de lanzarse a jugar sobre el escenario. Hay cierto desparpajo que caracteriza el trabajo de ella que aquí está controlado a la perfección. Así, Male hasta puede cargar las tintas a su antojo cuando relata el encuentro furtivo con un hombre de la calle (ese relato posee un magnífico desarrollo) o cuando habla de la realidad de su hija, por ejemplo. Su capacidad de juego le permite entrar y salir del realismo o del absurdo con una seguridad extrema.
Rizzo, por su parte, mantiene cierto esquema de galán seguro, pero, frente a la realidad que vive su familia, esa prestancia que asoma en el comienzo se va diluyendo poco a poco, a medida que la acción avanza. La inseguridad y el miedo parecieran consumir a ambos personajes, hasta dejarlos en un patético estado de indefensión.
En ese marco preciosista que diseña la escenógrafa Magali Acha, las personalidades de Male y Eugenio, por oposición, se tornan muy desgarradoras..



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